Tufo mata pasiones

¿Aló, Doctor?:

Mire. Soy asquienta de nacimiento.

Cuando me daban la papa helada, la vomitaba. Lo mismo pasaba cuando me hacían comer charquicán. Y empecé a crecer.

Hace tres meses cumplí 30 años, he pololeado cuatro veces y justo la persona que cautivó mi corazón me tiene al borde de cortarlo por su tufo a guáter.

Cuando empezamos no caché nada, pero al correr del tiempo me di cuenta que cada vez que habla le sale un buqué terrible. Es como el zanjón de la Aguada mezclado con las patas de Junior Playboy. Llevo casi un mes sin darle la pasada. ¿Es que cómo van a dar ganas de hacer el amor con un hocico a ratón muerto?

Llevo cuatro meses con él y no sé qué hacer. Ayúdeme, doc.

MARICHU

Mijita:

¿Conoce el algodón? Mire: Agarre dos pedacitos y con su dedo pulgar y el dedo índice hace unas pelotitas de aproximadamente 50 milímetros, luego se las introduce en su aparato olfativo y, tate. 

Después de ello, se junta con su hombre y se hace pedazo en el catre respirando por la boca y por abajo también. Ojo que para abajo debe poner silenciador, porque las motonetas no son de muy buen agrado ni tienen olor a rosa. Le hablo de una broma, mi vida.

No hay nada más sano que decir las cosas en la cara. A usted le va a costar, pero ponga el caracho y la ñata de lado para que no sufra tanto al momento de señalarle lo siguiente: debe hacerle ver a su pareja que el tarro de basura en la boca no es normal y tiene dos motivos con solución. Primero, puede ser de dientes y eso se arregla con un tratamiento conducto y arreglando un par de caries. 

Y segundo, puede ser del estómago, que para eso hay jarabes, pastillas y hasta operaciones. De tal manera que podría volver a besar un hocico impecable. Siempre y cuando usted le diga la posta de lo que le sucede.

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