Doctor:
Llevo casi un año con un hombre maravilloso en el amor, en lo carnal y sensual. Es buenmozo, tiene estilo, cacha harto de todo y sé que hay varias amigas solteras que le han echado el ojo, pero yo estoy firme ahí. Lo tengo contento en la cama, hago y me hace todo lo que quiero y él quiere. Es un dios. Pero ya lleva sus tres meses en que me pide plata para sus gastos y yo, como lo quiero y me deja feliz en el catre, le paso. Pero le paso, le paso y le paso plata. Sé que nunca me la devolverá, estoy que le digo que no, pero si tengo para qué le voy a negar. Pero me da vueltas y vueltas el temita. Me tiene intranquila. ¿Qué hago?
Martha
Mi guachita:
Hay una canción antigua de un grupo che, que decía: "Marta, soy el número uno, Marta, cuando quieras te vacuno". Y parece que el dios o adonis del catre la vacuna siempre con billete. Pero si usted lo ama, lo necesita y no le duele el bolsillo pasándole plata, no hay atados. Pero no deja de oler mal la cuestión, ya que si la labor del muñeco es pedirle plata cada vez que le sacude la pallasa, la cosa se parece mucho al caficheo. Mire, haga la prueba de decirle que anda corta de móney y verá que al toque el cafiolo, a pesar de tener las alitas cortas, sale abriendo a buscarse otra alcancía que vaciar. Sólo haga la prueba. Y si es así, lo aconsejable es extirpárselo de la vida.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com