Doctor:
Siempre pensé que una mujer era para toda la vida. Me casé hace siete años y lo único que he pedido son hijos.
Ella es un amor, hemos viajado mucho, en la cama es exquisito, nos va bien económicamente y tenemos nuestra casa.
Pero el tema es que de su propia y hermosa boquita me dice que odia a los niños, que no quiere criar, ni amamantar ni nada.
En estos días llegó una compañera de trabajo, madre soltera y tiene una guagua de dos años.
La pequeña es preciosa, me cautivó y ahora me está cautivando su madre.
Creo que voy a arrancar de este matrimonio, porque me está haciendo mal y obviamente me arrimaré a otro árbol. ¿Estoy bien?
Pedro
Don Pietro:
Claramente que tiene que irse donde se sienta bien. No fueron siete años al bolsillo, le sirvieron de experiencia para saber que no todo es de color de rosa.
Sin embargo, antes de ello hable con su esposa y plantéele la posibilidad de irse por su negación a los hijos.
Si le dice que no, corra a los brazos de su compañera de trabajo y sea feliz. Aunque creo que usted se está enganchando con esta última, pero ama de verdad a su esposa.
No obstante, si usted quiere hijos y ella se los niega nada que hacer. Póngale bueno en todo sentido y pélese el corazón y no otra cosa para pensar bien en su determinación.
Sea feliz. Lo que sí, no engañe, no sea infiel y diga todo con la verdad por delante.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com