El cómic de autoayuda

Me gustan los cómic. Creerá que soy nerd, pero no. Sí, soy adicto a ellos, de chico, aunque eso no significa que siga una vida normal.

Doctor Cariño:

Me gustan los cómic. Creerá que soy nerd, pero no. Sí, soy adicto a ellos, de chico, aunque eso no significa que siga una vida normal. Se lo cuento porque mi vida cambió cuando me regalaron uno que se podría considerar "prohibido".

A ver, sólo le digo que usted abre el cómic y en la primera página sale un superhéroe, con su capa, pero con un detalle: está con los pantalones abajo dele que suene con otra heroína. Me hice fanático y comencé a comprar las historias, las mismas que me inspiraron de noche, mientras mi señora hacía tuto y con quién ya ni tengo intimidad.

Ella me pilló con las manos en la masa en el baño con la revista, la cual saltó al piso dejando en evidencia que la ocupo de material. Me dejaron, doc. Me tiraron los cómics por la cabeza y me tuve que ir donde mi mamita. Me pregunto, ¿qué hay de malo en ver revistas e inspirarse? Oriénteme, por favor.

Clark

Señor Kent:

La imagen mental de un Superman con un Batgirl a poto pelao me genera más risa que cualquier otra cosa. Pero vaya uno a saber los gustos de otros, cada quién es dueño de pasarse el rollo que quiera.

Pero mire, más allá de su nerdismo, lo malo no está en pasarse ese tipo de películas con final feliz en el baño. Lo malo está en su relación de pareja, que está peor que Hulk en un taco. Hacerse cariño es normal, más si la relación de a dos está más estresado que el Guasón con crisis de pánico.

Deje la revista de lado y converse con su partner de antiguas batallas, antes de que se convierta en la archienemiga del cuento. Chao, ñoño.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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