(DR):
Estoy feliz, ya que me saqué 35 años de yugo, de pasarlo mal junto a un tipo que nunca me respetó, que prefería salir a tomar con los amigos que a portarse como hombre conmigo.
En fin, un día no aguanté más y le dije que me dejara… ¡Y me dejó sin decir nada! Quedé vacía, sin nadie con quien pelear, pero me acostumbré.
Hace poco un vecino me metió conversa y como una cosa lleva a la otra, terminamos haciendo el amor. Y este vecino es maravilloso en eso, me sacó placer de donde menos me lo imaginaba y aprendí a gritar de gusto.
¿Lo malo? Es que a pesar de ser guapo, su aliento es como si hubiera comido carne podrida. ¿Hay solución?
Loli
Lolita:
Bien por usted, mi perrita, que se haya sacado al cureña y malo pa'l catre de su marido, que nunca la supo amar ni agradecer.
Y mejor por usted que haya encontrado un macho de esos, que saben sacarle música al cuerpo de una hembra.
Pero lo del tufo a muerto no es menor, ya que hasta el galán más pintado, ya sea un Casanova o un trípode, si no huele bien de hocico, termina espantando a las mujeres.
Esto se acaba yendo al dentista para que le saque lo podrido y lo deje tiquitaca.
Si la cosa sigue, es porque su galán sufre de alitosis y entran a tallar otras cosas, como la dieta, el procesamiento de lo que come, las hormonas, qué se yo.
Lo importante es que la hace feliz y, si el atado no tiene solución, le pone sus pastillitas de menta en el hoci y a gritar viva Chile.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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