Una malvada porteña lo tiene enganchado

Usted sabe que las cosas que pasan en los paseos a la playa con los amigos no deberían salir de ese círculo de hierro, pero necesito un consejo suyo.

Doctor Cariño:

Usted sabe que las cosas que pasan en los paseos a la playa con los amigos no deberían salir de ese círculo de hierro, pero necesito un consejo suyo.

Con tres compadres santiaguinos nos fuimos a la Quinta Región. Después de unos "ronaldos" nos dio por ir de cacería, a ver si alguna gatita fiera caía en mis redes. A pesar de no ser ningún Brad Pitt y tener cintura de huevo, mi simpatía y parecido con Alejandro Sanz causó furor entre las porteñas.

La cosa es que volví al departamento acompañado. Durante la madrugada me hice el lindorfo en el balcón y, además de agarrarme un resfrío ahí, ahora la chica me pide que viaje seguido allá para empezar a vernos, aunque a escondidas. Es que siempre me dijo que tenía pololo y aunque ella me gusta mucho, no sé si meterme en la pata de los caballos.

Dondo

Dondo tan redondo:

Además de andar estornudando por ahí y desparramando bichos por el resfrío que se agarró, ahora quiere que le repartan aletazos. Pensar es gratis, la cabeza no es solamente para usar un gorro de lana. ¿Se imagina el forro en el que se va a meter si lo pillan? Los porteños tienen fama de buenos para los coscachos, así es que vaya comprando un bistec para ponerse en el ojo en tinta.

Lo más sano que puede hacer es olvidarse de esa mala mujer por la que sólo va a sufrir, ahorrarse unas lucas del pique a la playa y salir con sus amigotes a un karaoke en la capital, a ver si su semejanza con Alejandro Sanz también se ve reflejada en su vozarrón.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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