Ventanita Sentimental

Querido Doc:

Primero que todo, lo saludo afectuosamente y le doy las gracias por sus consejos, que cada día nos ayudan a mejorar nuestra vida sentimental y a luchar por nuestras familias.

Le cuento mi caso, que es de suma urgencia. Resulta que mi señora (28) acordó con mi cuñada (27) que se venga a vivir con nosotros mientras encuentra un lugar donde arrendar. Yo (31) no estoy de acuerdo, y no por mala persona, pues alguna vez estuve así y me acogieron.

Lo que pasa es que mi señora trabaja turnos rotativos y cuando le toque de noche me quedaré solo en casa con mi cuñada. Y, como dicen por ahí, la carne es débil. No quiero echar a perder nueve años de matrimonio, con una hija de 6, por una calentura de momento.

Quizás Ud. y muchos lectores piensen que son puros rollos, pero aunque así sea me gusta cuidar mi imagen ante mis vecinos y amigos y sería feo quedarme en las noches con mi cuñada mientras mi mujer trabaja.

Lo conversé con mi patrona y, aunque quede de mal cuñado y mala persona, pienso que es mejor eso a perder el matrimonio por el que tanto he luchado. Aunque digan que es la hermana de mi señora, el diablo no mira parentesco cuando quiere destruir hogares. Espero una respuesta sabia, como sólo usted sabe dar.

Luchador por mi Familia

Pan de Dios:

La mayoría de los hombres generalmente me escribe una vez que ha metido las patas y otra cosa. No es común que alguien lo haga para ponerse el parche antes de la herida, como usted. En todo caso, me parece encomiable su opción de mantenerse alejado del pecado.

No sé por qué me tinca que su cuñada es una mansa Bomba-4 y usted ya le tiene sacada la foto. De otra manera no se entiende que ande tan tiritón y a la defensiva. Apostaría que si fuera como Betty la Fea, La Cuatro Dientes o Doña Treme no habría puesto reparos.

Quienes andan viendo a Lucifer en todas partes, incluso en la propia parentela, es porque se reconocen débiles y saben que pueden perder el control en un santiamén, aunque anden con la tula amarrada. Pero no lo culpo. Solito en casa con una potable y joven cuñada que se pasea en babydoll, hasta yo -que soy de fierro- podría caer en la tentación.

No le quepa ninguna duda que va a quedar como un compadre mala leche -de hecho ya lo deben andar pelando-, pero creo que su mujer y su pitufa, su sagrada familia, están primero. Lo felicito por pechoño y honesto. ¡Atrás, Satanás! ¡Atrás te digo! ¡Ya, suéltame! ¡Córtala, poh!

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