Hola, pos:
Paso a contarle el atado. Hace como mil años, tuve un pololo que era último. No era flaite; era gil, tan gil, que me daba vergüenza andar con el loco por la calle. Ahora, tiempo pasado, pienso que como andaba más sola que un dedo y fue lo único que se ofertó, agarré papa. La cuestión es que Ruperto (así vamos a ponerle) en una de las veces que terminó conmigo (que fueron varias, me tenía pa´l leseo) conocí a un cabro y como era de suponerse, me gustó altiro. Así las cosas, dejé pasar varios meses antes de andar con este nuevo chiquillo, ya que encuentro lo peor terminar con uno y ponerse andar altiro con el otro.
Con este último, ya llevamos 7 años. Tuvimos un pingüino chico mientras estudiábamos, no vivimos juntos, por falta de efectivo, lo que nos tiene en un desorden más o menos. Yo lo quiero mucho: le aguanto que no me escuche cuando le hablo, que no me invite al cine y que a veces no se bañe cada tercer día. Por los defectos que le digo y por la falta de orden en la que estamos, a veces me cabreo y le pinto mono.
Lo que a mí me preocupa es que si bien puedo aguantarle los defectos desde lejos, me da julepe pensar que no se los pueda aguantar cuando vivamos juntos. Entonces le dije que se pegara la cachá, porque estoy chata de que no me pesque cuando le hablo. Se enojó más que la cresta y me dijo que yo quebraba los huevos por docena. Como nunca se enoja, quedé plop. Después de hincharlo como una hora pa´ que me dijera cuáles eran mis condoros, me dijo que hacía un par de meses yo le había dicho "Ruperto", cuando él se estaba alistando para la faena. Se entiende cuál es la faena. Lo peor, es que ya le había dicho Ruperto antes cuando recién habíamos empezado a pololear. Tengo más que claro que le estoy hiriendo el honor de macho y me siento mal por hacerlo sufrir. El punto es que yo no me acuerdo de haberle dicho Ruperto nunca. Mi teoría es que estaba soñando y que como le dije Ruperto mientras dormía, bien pude haberle dicho "perro" o "gato". Por otra parte pienso que también él está medio paranoico y que puede haber escuchado cualquier cosa. El rollo es que como el que nada debe, nada teme, no tengo nada que decirle al respecto, y mi cuate se enoja más todavía. ¿Qué hago pa´ dejarlo tranquilo, ah?
LA BOCA FLOJA
Mija:
Nuestro amigo Ruperto, que llegó a la Quinta Vergara con su personaje del curadito tierno y simpático, ni sospecha que es el comecolor entre ustedes. No sé si su pareja tiene del año que le pidan o simplemente es weón pesado.
Sin embargo, no entiendo por qué salió al baile Ruperto. ¿Está segura que nunca pronunció ese nombre en la lucha cuerpo a cuerpo que se entabla en las parejas, cuando quieren tocar el cielo?
Si está convencida de que nunca lo invocó en el combate, puede decirle al hombrón que se vaya a la ... aunque parezca redundancia.