Hola, Doctor:
Soy una morena simpaticona, no muy encachada, pero con buena delantera, lo que hace que los jotes no me miren a los ojos. Pasa que se me apareció uno que hace tiempo era inolvidable: Mi ex. El malvado llegó luego de tres años a reconquistarme. ¿Por qué le digo malvado? Porque me rompió el cucharón.
El pérfido tenía mina y una linda bebé de año y medio, y decidió seguir con su querida y dejarme de la forma más "sutil": Llamó a mi hermana y le pidió que yo no lo buscara más. Después nos pusimos de acuerdo para hablar de nuestro "término'', pero me dejó plantada. De ahí no lo volví a ver, hasta hace dos meses.
Pese a mis 19 añitos creo ser madura y siempre aconsejo a quienes lo necesitan, pero ahora soy yo la que requiere de su sabiduría, Doc.
El tarado está con toda la disposición a jugársela por mí. Me pidió perdón y lo tengo comiendo de mi mano sin siquiera haberle dado un beso. Yo, por mi parte, me siento liberada: Al verlo supe que estoy enamorada.
¿Qué hago? ¿Dejo que me conquiste o me entrego a otros que están con la camiseta puesta por mi amor? Yo lo quise tanto, que aún conservo mi virginidad, pensando que él sería el macho que sacaría la hembra que llevo dentro. Sé que si me pica el bicho de la curiosidad me poseerá al grado 3, pero no sé si quiero que tenga el honor de conocer mi cuerpo sin censuras.
MORITA EN CAPULLO
Querida Morita:
Puede que sea muy madura a sus 19 años, pero desde acá siento como gotea por ese cariño malo que le dio la PLR por teléfono para correr a los brazos de su novia, que lo esperaba con una guagua en brazos y un cerro de pañales.
De eso han pasado más de 1.000 días con sus respectivas noches, pero usted misma confiesa que en todo este tiempo se ha mantenido con las piernas juntitas esperando a que llegue su Romeo para podarle la flor y sacarle la fiera, la Yuma, la Chucky que lleva dentro.
Me pregunta si es conveniente que se deje conquistar por este malvado y pérfido tarado, y la verdad es que su pregunta no merece respuesta, ya que el galancete la tiene absolutamente a su merced, lista para la foto, con una patita en el motel.
Lo único que le puedo decir antes de que tire el chiteco a los pies del catre y se acomode, es que no olvide por qué las cosas se funaron hace tres años. Las personas cambian de fisonomía, pero no siempre de actitud, y yo soy de los que opinan que si las primeras partes son malas, las segundas son como las reverendas...
Me cuenta que hay varios pretes que tienen puesta la musculosa de su amor, y tal vez uno de ellos merezca más sudarla que este merme arrepentido. La verdad, cualquiera querría echarle sal a un huevito sin censura. Un besito grado 3, mi linda.