Doctor Cariño:

Le escribo con la esperanza de que me pueda dar un buen consejo y me ayude aclarar mis pensamientos que, en este momento, parecen un plato de tallarines. Soy un viudo de 60 años, hace muchos años que na' ni na' con las mujeres. Pero hace dos meses conocí a una fémina corpulenta con cara de ángel que me dejó loco.

Tuve que calentar los motores nuevamente, aceitar los fierros y con la buena ayuda de mi amiga viagra he podido tener bien contenta a mi doncella. Me siento como de 18, vamos a bailar todos los fines de semana a un pub ochentero que lo frecuentan puros mayorcitos como yo. De hecho, la pista se tiñe de blanco con las canitas que vuelan por el aire.

Iba todo de viento en popa hasta que ayer descubrí que somos vecinos, vivimos en el mismo condominio y ella está felizmente casada con mi vecino que es carabinero. Ayer la ví caminando de la mano y subiéndose al auto familiar.

Hoy nos juntaremos en la pista de baile. No sé qué hacer doc: o la encaró y la dejo o me hago el tonto y sigo con ella. Lo peor de todo es que me enamoré de esta cara de ángel, que en definitiva no era tan ángel.

Gaspar

Mi inocente:

Me alegra mucho que un viudo se esté dando una oportunidad. Porque pese al dolor de una pérdida, siempre será bueno encontrar compañía para seguir disfrutando la vida.

Además, en su caso tampoco es que esté en el ocaso, considerando que los 60 años son los nuevos 50; claro, si es que se cuidó el cuerpo y mente.

Todo, todo bien con esta nueva aventura que le hace mover la cintura los fines de semana, pero está usted está tratando de bailar un lento en medio de un reguetón acelerado.

El ángel en cuestión se las trae y le importa bien poco todo, considerando que le hace la chanchada al marido en el mismo condominio. Mire, cambie de disco-pub y se aleja de ese diablilla, porque este enamoramiento puede terminar con un tema con final feliz y moreteado.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com