Paso a contarle que me paso algo increíble y no sé a quién contarle. Sucede que unos sobrinos míos se estaban tomando algo justo a la entrada de la casa cuando se les acercó un gallo.
Doctor Cariño:
Paso a contarle que me paso algo increíble y no sé a quién contarle. Sucede que unos sobrinos míos se estaban tomando algo justo a la entrada de la casa cuando se les acercó un gallo. Les dijo: "oohhh, acá vivía una niña muy linda, me gustaba mucho. Debe tener unos 60 años".
Mis queridos parientes lo mandaron a lavar y se perdió en la noche. Yo, que estaba con el oído parado, salí rápido a preguntar quién era. Me miraron con cara de da lo mismo, pero me dieron un dato: se iba al día siguiente a España. Y claro, retrasé el reloj mental unos 45 años y era él... Fernando. Nunca lo tomé en cuenta, era una niña. Y yo, ahora, casada. Pero se fue.
¡Lo quiero de vuelta en mi vida!
María Eugenia
Mi ensoñadora:
En tiempos de cuarentena y aburrimiento, estas historias vienen a refrescar la vida, el corazón. A quién no le gusta la aventura, el cosquilleo en la guata. Tiempos lindos, de amor inocente, del que me gustas, no me gustas, pero... tiempo ya pasado.
Entiendo, era una niña, no lo pescó y se fue de su vida. Si apareció 45 años después ya pasó la vieja. Dese cuenta que él la quiso, la respetó y la recuerda con cariño. Sin embargo, por algo pasan (o no pasan) las cosas y usted siguió otro camino, al igual que él. Para qué echar a perder el recuerdo tirando por la borda un matrimonio.
No vale la pena. Créase más que Quico, porque pucha que rompió corazones con inocencia.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com